A más de un año del inicio de la pandemia: Funcionarios de la salud narran sus jornadas más complejas
Era el 3 marzo del año 2020, cuando en una conferencia de prensa el ahora ex ministro de Salud, Jaime Mañalich, anunciaba que un hombre 33 años de edad era el primer caso de covid-19 confirmado en Chile. Aquel día, miles de funcionarios de la salud en todo el país entraron en estado de alerta por lo que podría ocurrir.
Durante los primeros meses de la pandemia, la ciudadanía valoraba entre aplausos el trabajo que desarrollaba la “primera línea de la salud”, quienes se transformaron en héroes y heroínas al servicio de la comunidad. A más de un año desde que se desató la emergencia sanitaria, aquel reconocimiento ha ido quedando en el recuerdo y en su lugar, el cansancio físico y mental debido al avance del virus, se está apoderando de los funcionarios.
Atacama no es la excepción, en varias ocasiones los trabajadores locales han manifestado estar viviendo un gran agotamiento, debido al aumento de los pacientes que llegan a urgencias y no sólo aquellos que están contagiados de covid-19 , sino también quienes consultan por otros motivos.
Alicia Rojas, enfermera supervisora de la Unidad de Emergencia del Hospital Regional de Copiapó, ha estado desde el primer momento atendiendo a los atacameños que han visto afectada su salud debido al virus y que en estas últimas semanas está golpeando con más fuerza “Es algo sin parar, ya llevamos más de un año y realmente ha sido tan rápido, tan dinámico todo que ahora se está sintiendo el cansancio, la adrenalina cada día está a full, pero llega un momento en que miramos hacia atrás y vemos todo un camino recorrido. No sé si llegará ese día esperanzador en que todo esto ya se termine”, señala la profesional que además de estar pendiente de los pacientes, reconce estar preocupada por sus compañeros de funciones.
Rojas menciona cómo ha visto al equipo en estas últimas semanas, “Están agotados, todos están dando a full sus conocimientos para poder apoyar a la comunidad, a los pacientes que tenemos aquí, que en esta segunda ola han sido bastantes y sobre todo jóvenes. Son muchas las emociones porque vemos al paciente joven y es difícil no reflejarse en ellos. Está cada día mas compleja la situación y los funcionarios están haciendo turnos de 24 horas para poder dar cobertura a los turnos de urgencia y de nuestros pacientes ventilados”.
“Es algo sin parar, ya llevamos más de un año y realmente ha sido tan rápido, tan dinámico todo que ahora se está sintiendo el cansancio, la adrenalina cada día está a full“.
Alicia Rojas, enfermera supervisora de la Unidad de Emergencia del Hospital Regional de Copiapó
Otra de las inquietudes entre los trabajadores es el comportamiento que ha tenido una parte de la comunidad, sienten que existe un relajo en algunas personas que no están respetando las medidas preventivas e incluso están organizando y participando en fiestas masivas, situación que Rojas analiza decepcionada “Molestia y pena es lo que siento, porque finalmente los funcionarios de la salud que tenemos en la urgencia y la institución en general, lo están dando todo para poder sobrellevar esta pandemia de la mejor manera y dar una atención oportuna a nuestros pacientes, sin embargo, esto no es llevarlo solo, necesitamos la responsabilidad de la comunidad, el autocuidado. Todo depende de cada uno, depende de nosotros cómo esté nuestra familia y cómo vaya avanzando esto”.
Alicia se sincera aún más y reconoce que no ven que la emergencia vaya a ceder en las próximas semanas, además menciona que cree que hay errores, pero que son responsabilidad de todos.
“En un momento me dio susto y no lo voy a negar, por más funcionario de la salud que uno sea, no dejo de temer por mi vida y la de mi familia“.
Darko Carrizo, técnico en enfermería
Pero también está la otra cara de la moneda, mientras las fiestas clandestinas acaparan espacios en los medios de comunicación que muestran cómo a algunos jóvenes pareciera no importarles las consecuencias que podrían generar sus actos, existen otros jóvenes que a diario, se esfuerza por lograr la recuperación de los pacientes contagiados. Darko Carrizo, técnico en enfermería es uno de ellos, a sus 25 años de edad trabaja en el Área Transitoria de Ventilados y todos los días, debe atender a pacientes que se encuentran en estado grave producto del covid-19.
Carrizo egresó de sus estudios superiores el año 2018 y hace dos años se desempeña en la urgencia del Hospital Regional, éste es su primer trabajo en lo estudió. “En un momento me dio susto y no lo voy a negar, por más funcionario de la salud que uno sea, no dejo de temer por mi vida y la de mi familia. En algún momento pensé en abandonar el buque, en en dejar trabajar y priorizar a mis seres queridos, pero por otro lado pensé en qué sería del mundo si todos los funcionarios de la salud pensáramos igual y abandonáramos el barco, entonces no habría nadie para frenar esto. Es lo que uno elige y es nuestra labor, nuestro compromiso con la sociedad, elegimos brindar salud y eso es lo que estamos haciendo. Llego con miedo todos los días pensando cuándo me voy a contagiar y llevaré el virus a mi casa«
El joven profesional continúa su relato asegurando que, “Son sentimientos encontrados. Hay turnos en que me da mucha rabia el tema de los nuevos contagios que hay, que a veces llegan a la urgencia personas que no necesitan una atención de urgencia, que pueden darle ese espacio a la gente que de verdad lo necesita porque de todo el esfuerzo que nosotros tenemos a diario, un 20% lo ocupamos en los verdaderos pacientes graves y lo demás en pacientes que no son tan graves. Entonces es un llamado de consciencia a la gente, hacerles ver que estamos en contingencia, que el esfuerzo que debiéramos brindar es netamente a pacientes ventilados y que están en malas condiciones”, agrega Darko quien al momento de entregar sus palabras, está a metros de una sala donde se encuentran dos hombres y una mujer conectados a ventilación artificial, pacientes a los que ha atendido el último tiempo.
En la misma área que trabaja Darko, se encuentra Francisca Bustos, quien trabaja como enfermera en el área de Neurología, pero debido a lo que está sucediendo, tuvo que trasladarse a atender pacientes con COVID-19.
Francisca señala que tiene una hija de 1 año y 6 meses de edad y al consultarle si considera que la comunidad valora que deba alejarse de su familia para estar combatiendo la pandemia, señaló que, “Por supuesto que no, lamentablemente le da lo mismo a la gente. Si bien ya no hay muchos pacientes adultos mayores ventilados, eso significa que la vacuna ya está haciendo cierto efecto, porque vacunarse no significa que no se van a contagiar, significa que no van a llegar a estar ventilados. Imagina ahora tener gente de corta edad, entonces te pones a pensar que es la gente joven la que se está saltando todos los conductos de seguridad”.
“Dicen que es nuestra pega, pero les da lo mismo si uno esta cansado o no, porque finalmente es una la que está recibiendo un sueldo y no me quejo, ¿pero a costa de qué? – de mi familia, entonces hay que ponerse en el lugar del otro. Es un llamado de atención y de molestia por parte mía porque uno está agotada”, agrega con evidente enojo debido a la situación que están viviendo.
La enfermera que todo este tiempo se ha visto obligada a comunicarse con familiares y amistades vía telefónica para evitar contagios, concluye comentando cómo entregan su trabajo a la ciudadanía y reitera el llamado de atención, “Hacemos este trabajo con harto amor, cariño y profesión. Si te dicen lávate las manos, no te juntes con gente, distanciamiento social, entonces obedezcan lo que dice la autoridad, sobre todo si hay gente joven ventilada. Uno lo hace con cariño y profesionalismo porque para eso estamos nosotros, pero me da rabia”.
No sólo trabajadores nacionales han estado entregando todos sus esfuerzos para atender a los pacientes durante esta pandemia, el equipo también está conformado por extranjeros. Aura María González de nacionalidad colombiana, trabaja hace 3 años como técnico en enfermería en el Hospital de Copiapó, “Tengo mi familia en Colombia y están preocupados, me dicen que me cuide mucho. En Colombia no se está viviendo una situación tan grave como acá en Chile«.
“La verdad es que nunca había vivido una situación como esta y es bastante complejo. Uno se llena de temor, pero tratamos de hacer todo lo posible para sacar adelante a los pacientes. Este último tiempo es el más complicado, de hecho, los pacientes que nos están llegando no son tan adultos como el año pasado, esta nueva ola ha traído pacientes más jóvenes”, agregó Aura María.
La pandemia del coronavirus ha cobrado la vida de más de 3 millones de personas y en Chile la cifra supera los 25 mil fallecidos. Escenario que mantiene en incertidumbre a los funcionarios de la salud, quienes sienten cada día con más fuerza, todo el peso de la responsabilidad que tiene su labor sobre sus hombros y aún así siguen luchando para evitar que las víctimas fatales sigan aumento.