Claudia Navarrete: “Es un orgullo que uno siente al ser Colla de sangre, corazón y de alma”
Texto: Sebastián Espinoza
Fotos: Ricardo Cossio
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Claudia Navarrete Díaz, fundadora y presidenta de la Comunidad Indígena Tierra Viva, quien además es vicepresidenta nacional del Parlamento de Mujeres Indígenas, descendiente del pueblo Colla y dedicada a distintos oficios que trasmiten la culturalidad tangible e intangible de sus orígenes.
“Los inicios en conocer el linaje ancestral era complejo, ya que mi abuela nos contaba historias, pero no era bien visto, era como un tabú. Por lo que todo era en silencio, no se nombraba a las matriarcas y a las personas que lucharon en la cordillera, gente de esfuerzos, que gracias a ellos decidí valorar y mantener el respeto hacia esta cultura”, destacó Claudia de sus orígenes.
Ella rescata mucho a su abuela Otilia, a quien le prometió que formaría la primera Comunidad Colla, además de revitalizar y rescatar su cultura. “Todo era de forma oculta, por medio de oficios e historias, ahí nosotros conocíamos los trabajos en greda, tela, la comida y tantos otros que solo los ancestros podían transmitir”.
La Comunidad que preside Claudia se estableció el 2014 jurídicamente, aunque ya llevaban desde el 2005 en distintos trabajos, principalmente participando en actividades y mostrando su cultura por medio de productos naturales y medicina ancestral, además de difusión de relatos o poesías ligados a sus historias de origen Colla.
Sobre sus que haceres actuales resalta que se está desempeñando como artesana, gestora cultural y artesana; no siempre de manera fácil, ya que existe mucha discriminación. “Con el pasar de estos años me he encontrado con mucha discriminación y lo digo sinceramente y sin tapar el sol con un dedo. Mucha discriminación al ser mujer y el doble si soy indígena. En algunas oportunidades me han llamado de una oficina y me han dicho a puertas cerradas que yo no tengo que decir que soy indígena y eso no debe ser. Creo que lo que se hace con el corazón y el alma de transmitir estos saberes se van a llevar vivo hasta el día de mi muerte y estoy orgullosa de ser mujer colla”.
“Los inicios en conocer el linaje ancestral era complejo, ya que mi abuela nos contaba historias, pero no era bien visto, era como un tabú. Por lo que todo era en silencio”.
Claudia Navarrete
Este tipo de discriminación comenta que la ha llevado a querer superar esa barrera y seguir mostrando su cultura, por lo que en escribir libros ha visto una nueva faceta que se había propuesto al escribir apuntes años anteriores. Por lo que actualmente tiene dos libros, esperando lanzar un tercero en diciembre de este año.
“En mis libros hablo un poco de la cultura, de los árboles nativos, de la simbología indígena, de los relatos traspasados a la poesía. Todo lo que está ahí es verídico, es verdad y todo va saliendo de las mismas personas y del mismo pueblo originario Colla”, señala la autora de los libros “Huellas al Sol”, “Pacha wilka, Tierra Sagrada” y prontamente “Entre Almas”.
Pese a que se han abierto espacios y ya no se deben ocultar como sus abuelos, Claudia Navarrete cree que falta respeto por los pueblos originarios. Esto principalmente por falta de información y valoración hacia ellos, donde puedan ser reconocidos todos.
Traspaso cultural
Con las actividades que realiza en su comunidad y las que lleva a cabo de manera personal, Claudia espera poder traspasar su cultura, difundiendo en todos los espacios posibles, “intervenimos lugares y también vamos dejando huellitas con el tema de exposición, ferias y que mejor que en los libros que he plasmado y que se sepa y que hay un pueblo vivo y que hay un pueblo Colla”.
Sobre La Comunidad Tierra Viva, comenta que se formaron en Tierra Amarilla, pero que sus raíces están en Valle Fértil (sector de San Pedro), donde están rescatando sus tradiciones y principalmente la trashumancia de tenía su comunidad que venía de la cordillera hacia ese sector.
Sobre este traspaso y rescate cultural dice que en las generaciones nuevas hay interés, pero “la problemática es que no están reconociendo a nuestros indígenas, solamente acreditan hasta tercer grado de consanguinidad y eso en realidad nos está extinguiendo y nos están discriminando, estamos siendo extinguidos, estamos siendo expulsados. Es muy difícil nadar contra la corriente si no se apoya en ese tema de ley o que no haya un límite en el grado consanguinidad para seguir revitalizando y rescatar nuestra cultura ancestral”.
Pese a esto está convencida de seguir luchando por su comunidad y poder representarla donde sea necesario, ya que “es un orgullo que uno siente al ser Colla de sangre, corazón y de alma. Seguir con el legado de los que ya no están, por lo que están y por los que vendrán. Es un orgullo máximo ser de la comunidad indígena y tratar de lograr objetivos y llegar al lugar donde estaban nuestros ancestros”.