El oscuro presente de los locales nocturnos de Copiapó
A casi 50 días desde que el gobierno prohibiera el funcionamiento de cines, teatros, restaurantes, pubs, discotecas y eventos deportivos, la bohemia copiapina está pasando sus días más oscuros.
Sectores en los que habitualmente se veía mucha gente por las noches, ahora lucen vacíos, bares y restoranes mantienen sus cortinas abajo.
Javier Butrón, presidente de la agrupación Barrio Alameda Copiapó menciona que, “muchos de los locales en especial los de tipo restaurant están cerrados porque no podemos entregar alimentación colectiva y hay algunos que se adhirieron al sistema delivery. Los más afectados han sido los de tipo bar, ya que no pueden repartir tragos y además con el toque de queda no hay posibilidades de realizar actividades nocturnas”. Sobre la cantidad de personas y negocios afectados por el cierre, el presidente de la agrupación que reúne a 13 socios comentó que, “el cálculo que tenemos es de 200 familias afectadas directamente y también hay proveedores que se ven afectados ya que se atrasan los pagos. Una vez que esto comience a ponerse relativamente normal vamos a ver cuántos locales son capaces de reabrir sus puertas y cuántos han quebrado. Hasta el momento no conocemos algún local que haya hecho el trámite de quiebra”.
Uno de los comerciantes que debió modificar su sistema de negocio es Álex Ibacache, dueño de Tololo Pampa Restobar, quien tuvo que adherirse al sistema de venta de comida con reparto a domicilio para poder resistir esta crisis. Álex asegura qué, “El local cerró la atención al público luego que la autoridad sanitaria decretó que todos los locales donde hubiera aglomeración de gente debían cerrar, esto nos mató, nos amarró las manos, estamos aguantando no más”.
Actualmente Ibacache tuvo que fusionar una sandwichería llamada La Locomotora con Tololo Pampa Restobar, sólo 5 personas continúan en sus labores y el resto de los trabajadores debió acogerse al seguro de cesantía.
Ubicado en calle Juan Martínez se encuentra el bar Piscología, inaugurado hace poco más de un año, hoy está momentáneamente cerrado debido a que sólo funcionaba de noche. Francisco Painean, socio del bar informó que, “lamentablemente se tuvieron que despedir a 22 trabajadores. El rubro del carrete es un negocio incierto en estos momentos”.
Sobre posibles cambios en el local Francisco señaló que “hemos pensado en varias formar para poder abrir, quizás poner acrílicos y extender el diámetro de distancia entre cada mesa. Obligar a usar mascarillas y tener lente de protección a disposición de las personas, como también tener termómetros para medir la temperatura corporal a la entrada del local. Estamos dispuestos en rediseñar el lugar para que la gente pueda ir y no esté tan aglomerada”.
Son las consecuencias que el coronavirus está dejando en la economía a nivel mundial y también local. Muchos dueños de locales y trabajadores del rubro de la bohemia, han visto perjudicados sus bolsillos debido a la incertidumbre que provoca la pandemia.