Karen Aravena Álvarez: Medicina ancestral Diaguita para traspasar el conocimiento que estuvo oculto a la comunidad
Texto: Sebastián Espinoza
Fotos: Israel Chávez
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Karen Aravena Álvarez, es Meika y Maychikua Diaguita, pertenece a la Comunidad Yupanqui en Copiapó, donde trabaja la medicina ancestral junto a sus familia y compañeras. Esto no solo para su pueblo, sino que adaptándose y compartiendo su conocimiento con las actividades de salud contemporáneas y entregando medicina alternativa a la comunidad en general.
Para Karen el conocimiento fue entregado de forma familiar y guiado por las tradiciones de su cultura, y cumpliendo los ritos que según la edad fueron necesarios para poder ejercer y entender de la mejor manera su labor en la comunidad. “Cuando nací, mis abuelas me dieron una energía ya procesada orientando lo que yo iba a hacer en este mundo. Uno no lo asimila de inmediato, ya que es un proceso difícil el entender tanta responsabilidad que nos llega; la mujer líder medicinal tiene que entender que su voz, su comportamiento, el cómo come, como camina, como vive, como duerme, es la representación de todas las mujeres, por lo cual debe saber cómo alinear su cuerpo a través de los demás. Su alegría, su risa, no es fingir, es estar en una empatía con el mundo porque somos más reales que otros”, destacó de su rol como Maychikua.
Ella ha enfocado su labor medicinal con acciones que ha orientado en beneficio de las personas, como el rol junto al Hospital de Copiapó, donde han asistido partos y dado alternativas medicinales, según la tradición diaguita, inclusive asistiendo el parto de su nieta. “Todo se realiza con mucho respeto y uno presencia como realmente es un aporte el llevar la cultura a estos espacios”, señaló.
Acerca del rol de la mujer en su cultura comenta que es un pueblo matriarcal, pero que el hombre es una base importante en sus tradiciones, “somos uno solo como la luz y el día, como el agua y la tierra como el viento y el fuego. Necesitamos la ambigüedad para dar un equilibrio a la felicidad”.
Su acción fundamentalmente es enseñar la cultura a la comunidad, a través de distintas iniciativas, “el papel mío es enseñarles a todos, llegan y traen a las que eligen como guías espirituales o desean ser guías espirituales y tenemos que ir educándolas y enseñándoles a través de talleres”.
Comenta la importancia que tiene la familia en traspasar conocimientos y como eso se perdió en parte en la colonización, donde muchos diaguitas murieron. “Los patrimonios culturales se heredan a través de las familias, pero en la colonización muchas de nuestras familias murieron, muchos perdieron las madres cariñosas, los padres presentes. Fue eliminada la corrección sanguínea, sus memorias de amor. Entonces no todos vivieron en la cultura, para eso estamos nosotras, para recuperar lo perdido”.
“Los patrimonios culturales se heredan a través de las familias, pero en la colonización muchas de nuestras familias murieron, muchos perdieron las madres cariñosas, los padres presentes. Fue eliminada la corrección sanguínea, sus memorias de amor. Entonces no todos vivieron en la cultura, para eso estamos nosotras, para recuperar lo perdido”.
Karen Aravena Álvarez
Entrando más en detalle en su rol especifica que es la jerarquía mas alta de medicina en Chile, debe hablar lengua, tiene que saber sobar, componer, hacer greda, pintar, dibujar, construir, arar, sacar, sembrar, es multifacética. Es como un banco de memoria ancestral que debe estar siempre disponible para enseñar a los que van a visitarla o ella visita.
Sobre las dificultades que enfrenta destaca el racismo, “fíjate que a nivel nacional en todos los museos de Chile están los vestigios diaguitas. Pero tú has escuchado que dicen que son diaguitas, nunca nombran que somos el pueblo diaguita. Cuando hablan de Gabriela Mistral, jamás hablan de que Gabriela Mistral fue la que ayudó a los indígenas diaguitas de los valles. Cuando hablamos de la recuperación del país de Chile en la época de Juan Godoy, cuando se recuperó el oro de sus tierras y la economía de Chile estaba en el límite de terminación, fue pueblo diaguita que levantó el país. Entonces existe un gran racismo referente a la salud u otras leyes, porque cuando tú vas a nivel nacional, un pueblo lleva 100 personas y nosotros podemos ser el segundo pueblo y nos permiten llevar uno. Entonces al final hay un racismo”, enfatiza Karen.
Ella apela a la falta de interculturalidad como un factor que posiciona este racismo, ya que en Chile se prefiere enseñar la cultura de otros países en vez de su propia cultura, “como que hubiese vergüenza de su propia sangre que le dio la bienvenida en esta tierra”, agregó.
Debido a esta situación en el último tiempo no se han quedado atrás en la modernización y compartir la cultura según las exigencias contemporáneas. “Nos modernizamos, nos mezclamos en el sistema, ya que la gente le gusta leer. Hicimos libros, hicimos libros de nuestras medicinas. Entreguemos la información de nuestras mujeres y de nuestros hombres en la medicina. Pero es tanto lo que reciben y ahí dicen oye, existe este pueblo y yo me pongo a reír. Sí, hermano, pero no me burlo porque yo sé que son muchos años de una desinformación cultural y de muchos pueblos. Entonces lo que hago mejor, en vez de quejarme, es solucionarlo. Prefiero corregir en lo que podemos hacer”.
En su comunidad además realizan talleres de lengua, donde participan los niños con interés por mantener las tradiciones, pero también recolectan semillas para hacer un banco único local y enfocan esfuerzos en compartir su cultura al resto. “Yo espero que pueda lograr entregar más información a mi pueblo, llegar más a personas que no la tienen, porque lo importante es regresar a quienes han perdido esa oportunidad. Y me gustaría llegar lejos, en que puedan sentir el amor hacia su territorio que nos entregaron nuestros dioses para poder proteger a la naturaleza. Entonces el conocimiento que es nuestro, es del pueblo. Tengo el privilegio de enseñarlo como mujer a otras personas”, concluyó Meika y Maychikua Diaguita.