Cristian Bernal y Guillermo Albornoz: Experiencia y amistad que se dedican a la pesca en la embarcación “Mar Australis II” en Caldera

Cristian Bernal y Guillermo Albornoz: Experiencia y amistad que se dedican a la pesca en la embarcación “Mar Australis II” en Caldera

Texto: Sebastián Espinoza

Foto y video: Israel Chávez

Cristian Bernal y Guillermo Albornoz, se conocen de toda una vida en la pesca. Ambos tienen 35 años ligados a rubros del mar y en la actualidad se reencontraron en la embarcación “Mar Australis II”, donde recorren el litoral de Atacama desarrollando distintas artes de pesca según la temporada.

“Nos dedicamos a los peces que están en el litoral con el congrio, el dorado, cojinova, a veces cuando entra la albacora y otros que se encuentran por acá cerca de Caldera”, nos cuenta Bernal quien capitanea la embarcación.

Ambos tuvieron inicios en oficios ligados al mar, pero no la pesca como tal. Esto principalmente a que comenzaron jóvenes -cerca de los 14 años- y en esos tiempos había que aprender de abajo con la supervisión de los experimentados para poder realizar otras tareas.

Así lo comenta Guillermo Albornoz, “Estas técnicas se traspasan de generación en generación, son enseñanzas que uno rescata de quienes han ejercido este oficio en los años. Claro que la experiencia le da a uno la capacidad para ejecutar este conocimiento a su manera, pero es fundamental haber hecho escuela en este rubro”.

El capitán del navío recuerda que antes la pesca era de mucho más instinto y arriesgada, al no tener sistemas que permiten hacer mediciones en línea, o tener contacto con otras embarcaciones e incluso la capitanía de puerto. “La tecnología ha facilitado las cosas y eso nos permite pasar menos riesgos, aunque en la mar nunca se sabe y es ahí cuando la experiencia de uno vale mucho”.

Acerca de las pescas más complejas que han tenido que realizar en sus vidas, ambos coinciden en que el bacalao y la albacora tienen sus complejidades. Una principalmente por lo coordinado que se debe ser en el equipo de trabajo y la otra ligada a la técnica y el “arte” que significa poder cazar un bacalao.

Bernal recuerda con nostalgia como en sus inicios tuvo que rendir un examen para poder ser “ayudante de pescador”, siendo la primera generación en rendir esa prueba en el año 1987. “Ahora rinden tres veces al año un examen para ser pescador, sin siquiera haber pasado por la escuela que es este rubro”.

Acerca del mar comparten que es un todo en sus vidas, los ha ayudado a cumplir sus sueños y objetivos. En su mirada Guillermo plantea que “El mar es pasional, al que no le gusta el mar no podría vivir como nosotros. Esto va en la sangre, uno al estar en tierra firme extraña subirse a un barco o poder disfrutar de la tranquilidad de la costa”.

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