La Primera Línea de la Salud del Hospital de Copiapó
Han pasado más de 2 meses desde que se confirmó el primer caso de coronavirus en el país. Desde entonces, los funcionarios de la nombrada en estos días “primera línea de la salud”, han trabajo arduamente en atender a los pacientes contagiados.
Sin pensarlo mucho, estas superheroínas o superhéroes sin capa, están poniendo en riesgo su propia salud por el bien de los demás, incluso podrían desempeñar turnos de 24 horas continuas.
En la Región de Atacama, a diario cientos de funcionarios velan por la salud de la ciudadanía. Entre ellos están quienes se desempeñan en la Urgencia Respiratoria del Hospital Regional de Copiapó, un equipo integrado por alrededor de 50 personas, entre enfermeras, médicos, técnicos en enfermeria, auxiliares de servicio, recaudadores, personal de farmacia y secretarias.
Al ingresar al recinto, es difícil ver el rostro de cada integrante del personal, ya que utilizan varios elementos de seguridad para evitar un posible contagio. Tomando en cuenta que a nivel nacional, decenas de funcionarios han dado positivo al examen de coronavirus.
Una de los médicos de este servicio es María Cristina Caroca, quien comenta que, “Desafortunadamente la contingencia nacional a todo el mundo lo tiene un poco nervioso, preocupado y asustados, pero nosotros estamos aquí haciendo nuestro trabajo. Estamos contenidos a diferencia de otras regiones del país, entonces estamos tranquilos, tenemos esperanza que todo se mantenga así”.
La profesional que asegura sentirse preparada emocionalmente y técnicamente para trabajar en el lugar, comenta cómo está viviendo este momento en el aspecto familiar, “No soy de Copiapó, mi familia es de Rancagua, tengo la esperanza que tal vez en septiembre esto mejore para poder viajar y visitar a mis padres, pero por el momento a puro internet con videoconferencia. Están preocupados por mi, pero más me preocupan ellos, ya que son crónicos, entonces los tengo encerrados, les tengo prohibido salir de la casa”.
Caroca dice que pasa la mayoría de su tiempo en el recinto asistencial y que cuando llega a su casa hace cuarentena porque puede ser un posible vector. Además, se refiere a cómo es el trato con sus amistades, “a través de los grupos de whatsapp siempre les estoy pidiendo que se cuiden, que si tienen dudas que aprovechen y me pregunten anten de asistir al hospital, trato de cumplir mis funciones en todas las áreas, más allá de ser personal de salud, también soy ciudadana”.
La profesional que va a cumplir 4 años trabajando en el recinto, reconoce que nunca antes estuvo bajo una presión similar y aprovechó de entregar un mensaje a la ciudadanía. “A los ciudadanos les digo que tomen conciencia. Creo que en la región afortunadamente hasta el momento estamos contenidos, no estamos en las mismas características que está Santiago u otras regiones más grandes, entonces tenemos que ser solidarios, entender las indicaciones que se están dando, no salir de la casa si no es necesario, no hacer reuniones sociales, no juntarse. Entiendo que es una alteración a la rutina, pero es por un tiempo y es un sacrificio colectivo. Me parece que si no tomamos conciencia de eso, esto se nos va a ir de las manos y va a ser responsabilidad de todos”, finalizó.
Otra de las profesionales es Alicia Rojas, enfermera supervisora de la Unidad de Emergencia, quien señaló que, “ha sido algo caótico desde que inició la pandemia porque en cierta forma hay que seguir los lineamientos ministeriales, las separaciones de las urgencias, la separación del personal. Esto es constante estrés, no hay día en que sea algo nuevo porque finalmente estamos conociendo un virus, conociendo su comportamiento, no todas las personas reaccionan igual, entonces es conocer algo distinto”.
Alicia también comenta cómo está viviendo esta situación con su círculo más cercano, “La gente que me conoce y sabe en qué trabajo tiene preocupación constante. Desde que empezó esto no hay día en que el whatsapp no se llene de mensajes de aliento y de buenas energías. Tengo 2 hijos y la preocupación esta constante, aún no he tenido la valentía de tener que dejarlos, de yo aislarme en esta situación. Afortunadamente mi esposo hace el resguardo de mis niños y los mantiene en una burbuja”.
Ante la eventualidad de que la red asistencial de la Región Metropolitana sufriera un colapso y tuvieran que trasladar pacientes hasta Atacama la profesional comentó que, “yo sé que mi personal está preparado para eso, estamos con la inquietud de lo que vaya a pasar más adelante, pero siempre al pie del cañón como se dice y estamos firme para enfrentar lo que se viene”.
La supervisora de la Unidad de Emergencia también quiso hacer un llamado, “Cada funcionario de la salud que está acá lo hace porque realmente lo siente y tiene un compromiso de cuidar y proteger a la población. No está todo en nuestras manos, entonces hago un llamado a la comunidad a que se cuiden, que mantengan el aislamiento, porque es necesario. No se imaginan el día a día y lo que es llevar en sí la lucha contra esto”, concluyó la enfermera.
Otros de los profesionales que están dando una lucha constante en esta pandemia que ya tiene más de 5 millones de seres humanos contagiados en todo el mundo, son los técnicos en enfermería (TENS), quienes están en permanente cuidado de los pacientes. Una de ellos es Ángela Rojas, quien manifiesta estar contenta y tranquila por ser parte del equipo de la salud, pero con miedo a la vez “Cuesta mucho desconectarse, incluso trato de no ver ni las noticias. Hay miedo y temor de llevarse el virus a la casa, es bien difícil. Antes de irme me saco los elementos de seguridad, me baño y me voy bien limpia para la casa, asegurándome de no llevar nada”.
Ángela reflexiona y agrega que siente tristeza al ver cómo están trabajando sus colegas en Santiago y resalta que en nuestra región todo está recién comenzando.
Otra de las labores fundamentales en esta emergencia sanitaria es la limpieza de los espacios, es por eso que el personal de aseo es aún más importante por estos días.
En uno de los pasillos del Hospital de Copiapó se encuentra limpiando Yisel Ramírez, quien lleva dos meses cumpliendo dicha labor en el recinto y menciona que, “estoy tranquila, bien protegida, trato de desinfectar a cada rato. No me ha dado miedo, siento que nuestra función es bien importante porque desinfectamos a cada rato y eso va matando el virus”.
Mientras el El COVID-19 ya ha cobrado la vida de miles de personas en todo el mundo y ha hecho que la gran mayoría de los ciudadanos esté con un miedo latente, el personal de la salud busca dar aliento y transmitir alivio, demostrando una vez más que su labor es a toda prueba y digna de aplaudir.