Vivir en la calle mientras un virus azota a la humanidad

Vivir en la calle mientras un virus azota a la humanidad

(Foto: Israel Chávez)

Una de las frases más repetidas desde que llegó el coronavirus al país es “Quédate en casa”, pero para muchos esto es imposible ya que no cuentan con una vivienda donde poder estar. Son las personas en situación de calle o llamados por algunos “los sin casa”, “vagabundos” o “indigentes”.

Según el Registro Social de Hogares, hasta el 11 de mayo del presente año, 428 personas en la Región de Atacama señalaron vivir en situación de calle, ya sea en rucos u hospederías. La mayoría de ellos, ha llegado desde otras zonas del país y no tiene permanencia definitiva en la región.

Uno de los lugares donde más se pueden ver es en el río Copiapó, en ese lugar encontramos Benjamín Arias, quien llegó desde Concepción a Copiapó hace 8 años, luego de haberse separado.

Durante una fría mañana, mientras comparte junto a tres amigos una petaca de ron sentados en una de las bancas del Parque Kaukari, Benjamín comenta parte de sus vivencias en días de pandemia , “Tengo mi mascarilla, pero está para la cagá , me la tuve que comprar yo mismo y me costó 2 lucas. A nosotros no nos vienen a dejar nada, tenemos que rebuscarla nosotros mismos, somos como una cucaracha, ya somos parte del paisaje de acá. Nos ignoran, no somos tema” comentó .

Sobre cómo lo hacen con el del lavado de manos que tanto recomiendan señala que, “para lavarnos buscamos agua en las plazas, o con un tarro nos vamos lavando de a poquito, en los restaurantes también conseguimos agua. A veces vamos al Líder, ya que están dando alcohol gel los guardias y les pedimos, así vamos ocupando las sucursales que les llamamos nosotros, tenemos que hacerlo así porque sino nos vamos a morir”. Agregando sobre el toque de queda, “salimos igual, nos ignoran, nos ven y nos dicen que andamos sucios y hediondos, ya no nos toman importancia, pasamos a segundo plano”.

Uno de los momentos más peligrosos y difíciles de la jornada es la noche, así lo da a entender Arias, comentando cómo pasan esas horas de oscuridad. “En la noche dormimos todos juntos porque nos tenemos que cuidar, porque la gente está súper mala, andan todos acelerados, no sé si será el maldito bicho que anda. Entre nosotros nos cuidamos y abrigamos. Siempre quedan dos despiertos y los otros duermen. Nos han venido a pegar, nos han sacado la chucha con palo y fierros”. Además, añade que, “nos roban la ropa, las cosas y el copete. Somos alcohólicos y si nos roban el copete nos cagan, no podemos estar tomando agua, me tomo un sorbo de agua y me muero”, ríe. Concluyendo que, “de todo esto la lección que hemos aprendido es que lo único que podemos hacer es ayudarnos entre nosotros no más, cuidarnos el uno al otro y ser un equipo”, finalizó.

En el mismo grupo de Arias está Nelson Toledo, quien es copiapino, también participa de la conversación diciendo que, “estoy viviendo muy mal porque pasamos mucho frío en la noche. Ahora con esta cuestión del coronavirus está peor, soy parronero y chofer, pero ahora prácticamente no se puede ni salir ni entrar a la ciudad, está complicada la cosa, se nos viene difícil. En la mañana con el frío amanecimos entumidos, nos tapamos con cartones no más”.

Cerca de la Plaza de Armas, en un sitio eriazo de Calle Los Carrera, Pedro Ferreira armó su ruco. Confiesa que salió desde Concepción, pasó por varias regiones hasta llegar a Copiapó y decidió quedarse aquí debido a que no llueve mucho como en el sur del país, “llevo harto tiempo viviendo en la calle, uno vive como quiera vivir no más, mientras te portes bien y trabajes. Cuido y lavo autos en calle Mackenna, gracias a Dios me va bien ya que hay harta gente que ya me conoce y sabe que dejo bien lavado los vehículos”.

Respecto a las posibilidades de irse a un albergue Pedro comenta que, “podría irme a un albergue, pero lo que pasa es que tengo dos perros, el Charcán y el Negro y más encima un gato, no los puedo dejar botados, eso sería malo de mi parte”. Además agrega cómo lo está pasando en estos días de emergencia , “el tema del coronavirus es complicado, hay poca pega y hay que tener sustento para el día a día, sino hay pega, no hay qué comer. Los días que no me alcanza tengo platita ahorrada y voy sacando”.

Ferreira termina diciendo que, “yo armé este ruco, lo tengo bien ordenado porque hay que ser torrante, pero limpio. No tengo miedo al coronavirus, porque si tu sigues las reglas de la gente que trabaja en los hospitales, no hay porque enfermarse”.

Unas cuadras más lejos en pleno centro de la capital regional está Agustín Carrasco, quien más de algún copiapino podría reconocer, ya que se pone a cantar en la esquina de O´Higgins con Chacabuco y siempre está acompañado de sus fieles perros.
Carrasco quien es de apariencia maciza, dice que sólo se pone una mascarilla cuando entra a un supermercado o cuando se lo pide Carabineros y al preguntarle sobre el coronavirus dice que, “no entiendo mucho lo que es el coronavirus, no tengo miedo al virus porque soy sanito, me han hecho exámenes de sangre y pelo y no tengo nada”. La respuesta de este hombre que duerme en el escenario de la Plaza de Armas de Copiapó y que ocupa el agua con la que riegan el pasto y los árboles del lugar, da a entender que no ha obtenido mucha información sobre está pandemia que en algunos lugares de Chile y el mundo ha ocasionado la muerte de personas que viven en la calle

Agustín Carrasco junto a sus perros. (Foto: Israel Chávez)

El rol del Gobierno en el cuidado de las personas en situación de calle

Desde la Seremi de Desarrollo Social de Atacama mencionaron que están trabajando en dos líneas. La primera es el acompañamiento psicosocial y sociolaboral con aproximadamente 120 personas en las comunas de Caldera, Copiapó y Vallenar, a través de un convenio con la Universidad Santo Tomas (Psicólogos y Trabajadores
Sociales). Mientras que la segunda es el contexto de la Pandemia y las bajas temperaturas, señalando que han adelantado el apoyo en terreno a través de las rutas sociales, en Copiapó y Vallenar mediante un Convenio Nacional con  Carabineros de Chile y en la comuna de Caldera con un convenio de transferencia de recursos con el Hogar de Cristo, en las tres
comunas efectúan controles sanitarios y entregan kits de higiene y alimentación en alianza con Junaeb.

Además, por primera vez abrieron un albergue en Paipote para acoger a 20 personas, quienes reciben alimentación completa y diversos cuidados durante su estadía. El recinto funciona las 24 horas, de lunes a domingo y estará operativo durante 4 meses.

Asímismo anunciaron que en Copiapó y Vallenar, durante el presente mes, abrirán 2 nuevos dispositivos de albergues de iguales características.
De esta forma la región va a contar con 5 recintos de este tipo, actualmente hay 3 operativos.

Desde la autoridad explican que la población que accede a los albergues se determina principalmente por su alto estado de vulnerabilidad, es decir, adultos mayores, personas crónicas o con enfermedades inmunodepresivas. También recalcan que el ingreso y adhesión al establecimiento es voluntario y gratuito.

A su vez agregaron que durante las rutas sociales en las que captan a las personas en situación de calle, realizan controles de la temperatura y pesquisa de síntomas, adicionalmente les entregan un kit de aseo y de esa manera, les explican la importancia del autocuidado en el contexto de la pandemia.

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